jueves, 4 de febrero de 2010

ALABANZA A NUEVITAS.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Levanto la vista y ante mi, empinada, esbelta, coqueta y señorial, se alza la ciudad, cual promontorio de notorias dimensiones en el que se entremezclan con armonía sin igual pendientes, ceibas, rojizos techos de criollísimas tejas, cocoteros y gente sana que suben y bajan y atraviesan el emporio citadino, cual tablero del más apasionado de los juegos.

Cruzo una calle y mirando al fondo el horizonte en que se divisa la Punta del Guincho, atareado y rodeado de viejos pescadores, me encuentro a Fernando, ese que teje las redes de pescar que luego utilizan los que se hacen a la mar para capturar los rojiazules peces que nos regala la bahía y teje también historias de españoles, piratas y cubanísimos personajes que han dado color y vida a la villa.

El vetusto cañón del principal parque, apunta al mar y parece conversar con la bahía y ocurre que el si sabe la fecha exacta de la fundación de la primada villa, pero no lo dice, posa callado como para que investigadores y aferrados demuestren lo que el sabe. El fue testigo de la presencia de gringos en la bahía y estuvo arrinconado por años hasta que le hicieron su pedestal y hoy brilla y parece expandir su ruidoso estruendo para que sepan que esta es la Nuevitas de Cuba Libre.

Cuenta Fernando mil historias y leyendas; de pescadores que con su linterna alumbraban el reloj de la mayor iglesia para ver la hora en las oscuras madrugadas, de portuarios que se accidentaban con intención para cobrar el seguro que diera comida a su numerosa prole, de historias nuevas de industrias y turismo.

Parece resonar la masa real con tres crujientes golpes en el adoquín para anunciar la buena nueva de la fundación de la ciudad aquel lejano 28 de febrero de 1828 y parece que nuestros ancestros se reúnen para darnos fuerzas y razones para continuar la obra presente y pensamos en los que hicieron por el terruño y ya no están porque se quedaron para siempre en el corazón de los nueviteros buenos.

Desde su altura, Martí avizoró y avizora la grandeza de la ciudad, y Maceo con su corta pero ruidosa estancia en ella y el viejo Gómez que la tomó por asalto aquella madrugada y se fue lleno de municiones y pertrechos ayudado por los nativos de entonces.

Erguido Fernando cuenta que cuentan y es verdad que aquí se luchó por la independencia, por la liberación definitiva, que de aquí salieron tropas y armas para la Operación Carlota que devolvió al África la deuda que teníamos con ella los cubanos y no le digo adiós al altivo personaje. Le digo hasta siempre porque tendré que estar a tu lado perpetuamente mi querido Fernando, San Fernando de Nuevitas.

PLAZA VACANTE EN LA MARINA COLONIAL.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Corría el año 1894 y en plena etapa estival, mientras los cubanos de esta zona se preparaban para el inminente inicio de la guerra necesaria, las autoridades españolas apostaban por reforzar sus posiciones con la esperanza de evitar que los insurrectos se abrieran paso y escalaran nuevas posiciones, en ese contexto, se convocó una importante plaza de la marina.
El 30 de marzo de ese año, por instrucciones de nuestro Héroe Nacional José Martí Pérez el patriota Enrique Loynaz del Castillo había introducido clandestinamente por Nuevitas doscientos fusiles y 48 000 municiones con vista a garantizar el alzamiento camagüeyano en lo que pasó a la historia como Expedición Alert, todo lo que condicionó la actitud defensiva de las fuerzas colonialistas acantonadas en esta zona norte del Camagüey.
Sin embargo un hecho singular ocurría, que atentaba contra el empeño de los representantes de la corona en preservar sus intereses: había quedado vacante la plaza de Subdelegado de marina de santa Lucía, por haber fallecido su titular y no haber podido encontrar fácilmente quien la cubriera.
Ante tan compleja situación, en el Boletín Oficial de la Provincia de Puerto Príncipe, publicado en el año económico 1894 al 1895, con fecha 13 de agosto del primero de esos años, el Comandante General del Apostadero dispuso que se publicara que por un término de 15 días, se recibirían las solicitudes de los que aspiraran a la misma.
Según lo expresado en esa publicación periódica, las personas que se interesaran, debían hacerlo acompañado de un certificado de buena conducta de la autoridad local correspondiente y en el que se expresase que el mismo residía en aquel punto de la geografía nuevitera.
El interesante Boletín Oficial de la Provincia de Puerto Príncipe, publicado en el año económico 1894 al 1895, que recoge esta noticia, se encuentra navegando en el Portal de Archivos Españoles, del ministerio de Cultura de ese país, bajo la égida de ¨ Archivo Histórico Nacional ¨, siendo un testimonio elocuente del poder colonial que hizo posible que estos originales fueran a parar a la Península Ibérica.
Como se podrá apreciar, las autoridades españolas a sólo unos meses del reinicio de nuestras guerras de independencia, trataban de tomar las medidas que hicieran posible perpetuarse en el dominio de esta parte de la isla, lo que no pudo frenar a las fuerzas insurrectas que prácticamente ganada la contienda, no pudieron tomar el poder político por la repudiada intervención norteamericana.

¨ Y LLEGÓ EL PAPEL SELLADO ¨

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

La utilización del papel sellado es tan pretérita como la existencia misma de la escritura y el derecho. La humanidad ha utilizado esa práctica por años y en nuestra ciudad su utilización se remonta a época muy temprana de la dominación colonial española.

Por entonces, ningún documento oficial ni comercial tenía la debida validez si no estaba hecho en papel sellado del estado, los que eran emitidos con diferentes valores, según la cuantía del capital que representaba el documento en cuestión.

El 28 de Diciembre de 1638 cuando el decreto que estableció como obligatorio el empleo del ¨ papel sellado ¨ y el comercio de lo que iba conformando el núcleo básico del que surgiría la ciudad, tanto comerciantes como particulares, tenían que disponerse a viajar a Camagüey para adquirirlo, lo que sin dudas les ocasionaba molestias y gastos.

Ante los reclamos de los lugareños, el Gobierno , decidió establecer aquí una delegación, de acuerdo con el artículo 42 del reglamento y fue nombrado como expendedor de efectos sellados Fernando Maury Arana, primitivo dueño del establecimiento de ropa denominado ¨ La Cira ¨.

Esta delegación fue inaugurada el primero de julio de 1884. En esa época las contribuciones no se pagaban en el Ayuntamiento, sino a un recaudador nombrado por el Gobernador, siendo el primero e ejercer esa función Cirilo García, hijo político de Don Andrés Argüelles, Capitán de Voluntarios y comerciante de víveres con un establecimiento en el centro de la ciudad.

La utilización del papel sellado con el transcurso del tiempo se fue extendiendo y ganando espacio entre los trámites oficiales que se desarrollaban en la ciudad, su diseño se transformó gradualmente en correspondencia con las prácticas universales más avanzadas en esta materia.

Llega a nuestros días la utilización del papel sellado, como testimonio de una práctica ancestral que deja constancia documental del aporte del deudor o interesado a los haberes del estado que legaliza y da carácter oficial a las misivas que perpetúan una importante transacción, declaración o trámite judicial.

PABLO EN NUEVITAS.

Por. Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Corrían los días en los que se hacía público un proyecto de Ley ilegal denominada ¨ Chicota ¨ sustentada por el presidente de entonces Gerardo Machado que pretendía otorgarle preferencias a las exportaciones de azúcar al puerto del norte de Morón, lo que afectaría sustancialmente a los trabajadores del puerto de Nuevitas, que trabajaba sólo unos meses cuando había zafra, fue por esos días en que la ciudad fue recorrida por Pablo de la Torriente Brau.

Revolucionario, miembro de la Federación Estudiantil Universitaria y periodista , publicó varios artículos en el diario ¨ Ahora ¨ el 30 de diciembre de 1934 y el 11 de enero de 1935, entre ellos uno muy descriptivo de los días que vivía la ciudad, tituló como ¨ Chicola y Nuevitas ¨.

En el artículo escribió:
¨ Dos de mis cicerones de Nuevitas, con quienes más largamente departí, Juan Manuel Hernández y Fernando Lacaba, joven comerciante cubano , el primero, de energía y voluntad y decisión, y periodista el segundo…lograron darme la medida de las aspiraciones de Nuevitas; de sus peticiones; de sus derechos; de sus necesidades.
¨ Con ellos recorrí la ciudad, limpia y transparente, pero vacía, como si se hubieran ido de ella miles de habitantes; fui a la bahía, enorme como un mar pequeño, y en la que sólo unos pobres veleros cabeceaban, soñolientos, sobre las olas lentas.

El joven luchador cubano que a poco se trasladaría a luchar en la Guerra Civil Española continuó apuntando en su crónica:
¨ Fui también a Pastelillo, embarcadero hoy sin vida; a Puerto de Tarafa, donde cuatro barcos grandes animaban los muelles inmensos…
¨ Vi la estación del ferrocarril, que es la angustia y la obsesión de Nuevitas , porque es su única salida posible, porque si hay un enfermo grave para llevar a Camagüey tiene que esperar la salida del tren, con el riesgo de que, como en el reciente caso de la señora Mercedes Mateu de la Morera; el enfermo muera sin asistencia médica, antes de que salga el tren.

Sobre la lucha que se polarizaba entonces por la Ley Chicola y su impresión de la reacción de los lugareños escribió:
¨ Por último, estuve en cien lugares y en todos hallé letreros ¡ Abajo Chicola! ….!Exigimos la carretera!, expresivo de una ciudad que se había dispuesto a luchar…
De aquel día y de aquellos hechos por feliz coincidencia, hay dos testigos excepcionales, a más de toda la población de Nuevitas: los ingenieros y revolucionarios Feliciano Aldereguía y Ramiro Valdés Daussá, quienes dan fe de haber visto a un pueblo dispuesto a pelear.¨

Así la ciudad se vio honrada con la presencia del revolucionario Pablo, que dejó un ejemplo imperecedero de estoicismo revolucionario y desde su óptica supo valorar la decisión de luchas de los nativos de la ciudad.

NUEVITAS EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Cuba vivía los primeros años de ¨ la república ¨, caracterizados por el entreguismo a los estados Unidos y se producía la llamada ¨ Danza de los Millones ¨ en los días del gobierno de Mario García Menocal y la ciudad mostraba un quehacer incipiente en tanto mantenía sus vínculos con la capital provincial a través del ferrocarril, pues por entonces no existía carretera hasta ahí, pero su condición de puerto relevante condicionó la transformación de su entorno.

Contaba la ciudad por entonces con 13 000 habitantes. La importación entre 1910 y 1911 ascendió a $ 813 651 y la exportación en $ 1, 303 452 , ese año se produjeron 852 entradas de buque de cabotaje con 195 980 toneladas y las salidas fueron 841 con 196 075 toneladas, en tanto las de buques de travesía ascendieron a 88 con 201 940 toneladas , en tanto salieron 87 con 200 263.

El 5 de diciembre de 1912 fue establecida en la ciudad una sucursal del ¨ Banco Real de Canadá ¨, mientras el 8 de diciembre del propio año comenzó a funcionar una sucursal del ¨ Banco Español de la Isla de Cuba ¨.

Para facilitar la manipulación de la exportación e importación, se construyó un muelle de 300 metros de largo, con cerca de diez pies de calado, y se contaba con un remolcador a vapor, dos barcos de vela con una capacidad de 480 y 250 sacos respectivamente y tres gabarras propiedad de la Munson S:S: Line.

La ciudad contaba con agencias de las compañías ¨ Norddeutscher Lloyd ¨, ¨ Royal Insurance Company ¨,¨ Royal Mail Steamship ¨, ¨ Compañía Trasatlántica Española ¨, ¨American & Cuban Steamship Line ¨, ¨ Banco Nacional de Cuba ¨y ¨ Banco de la Habana ¨, En tanto los principales artículos de importación eran 500 sacos mensuales de harina de los puertos del norte del Atlántico y del Golfo, 1 500 sacos de arroz mensuales de Liverpool, otros comestibles, vinos, sal, aceites y conservas de España y los Estados Unidos.

Por entonces, la ciudad era el reflejo de un artificial crecimiento económico, que lejos de estar dirigido a satisfacer las necesidades de los lugareños, eran el reflejo del entreguismo que ponía a nuestra economía en desventaja con relación al país del norte y limitaba nuestra independencia, por lo que la población no percibía de manera concreta los resultados del presunto auge económico.

Así, el inicio del siglo de la república en la ciudad, sirvió para sentar las bases del ulterior devenir socioeconómico de la localidad, lo que ha pasado a la historia como una parte del triste pasado del que se sacaron las necesarias enseñanzas para luchar por elegir un mejor presente.

TRANSFORMACIÓN DEMOGRÁFICA DE FINALES DEL SIGLO XIX.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Concluida la Guerra Hispano-Norteamericana, con la cual culminó la lucha de los cubanos por su emancipación, entonces frustrada por la ingerencia de ¨ …el gigante de las siete leguas…¨, las principales ciudades de Cuba, entre las que se contaba Nuevitas, experimentaron transformación significativa en su emporio demográfico.

Al iniciarse el ¨ período de independencia ¨ al culminar la dominación española, se produjo un déficit grave de la población en los campos, agravado por el hecho de que la población desplazada del sector rural generalmente permaneció en la ciudad, pues la ayuda prestada por medio de las raciones durante los años 1898 y 1899 y la escasa difusión del sistema de habilitación de los campesinos, con préstamos en reses y en equipos, impidieron que retornaran a su anterior emplazamiento.

Entre 1887 y 1899 la ciudad, como otras notorias de la isla, había aumentado su población de, de modo que de 6 618 habitantes, se vio incrementado hasta llegar a 10 355, lo que evidencia la concentración que se había producido en los núcleos urbanos.

El hecho de que se concentrara una parte de la población campesina en la ciudad dejó algunas zonas desprovistas de los brazos necesarios para el fomento que les esperaba dadas las nuevas condiciones que las estrechas relaciones políticas y económicas con los Estados unidos, creaban a través de las grandes inversiones para el desarrollo azucarero y agrícola.

Entonces, desde los primeros años de la república mediatizada, la cuestión de la inmigración y de la colonización se agitó entre los sectores económicos más interesados en suplir la relativa escasez de la población rural. La ciudad fue testigo de cómo se formaron asociaciones, compañías y ligas para favorecer proyectos o discutir los problemas del caso, pero como era de esperar se hizo muy poco en el orden estatal.

Luego, el 12 de junio de 1906, se puso en vigor la Ley de Inmigración y Colonización, que disponía la creación de un fondo de un millón de pesos para establecer familias e importar braceros, que serían ubicados en aquellas tierras cedidas por propietarios para darles arrendamiento o a plazos a los inmigrantes, lo que provocó que algunos de los ¨ nuevos lugareños ¨ se trasladaran a zonas agrícolas cercanas.

Como verá, la ciudad culminó el siglo XIX viendo incrementada su población debido a las consecuencias de la guerra, ello hizo que se construyeran nuevas pero muy modestas viviendas y que se abrieran por los moradores caminos, trillos y pasos por los que transitar con más pobladores.

EXTRAÑA EMULSIÓN CONSUMIDA EN NUEVITAS.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.
Muchísimas son las combinaciones de alimentos que se arraigaron entre los nueviteros, y por su popularidad fueron asumidas por la población nativa con aceptación, condicionando que las mismas pasaran a formar parte del la diversa y rica cocina local, entre la que se cuenta con el ¨ Alioli ¨
El alioli es una salsa formada por una emulsión de aceite y ajo. Los platos, en especial de pescado, con salsas a base de ajo y aceite emulsionado, así como la salsa usada por separado, son abundantes en regiones e islas del arco Mediterráneo entre España, Francia e Italia, que va desde Cartagena en la Región de Murcia a Calabria, pasando por la Comunidad Valenciana, Cataluña, Provenza o Liguria. Entre los platos a que se hace referncia, se puede citar, por ejemplo a base de bacalao, el bacalao horneado con alioli catalán, el bacalao ab burrida de las Islas Baleares, el bacalao a la brandi coglioni e incluso la brandada mediteránea y el bacalao al pil pil vasco.
Aquí, el alioli en su versión original consistía en un majado de ajos y aceite ligado hasta formar una crema. Incluso existían a mediados del pasado siglo XX morteros de mármol y de cerámica especiales para tal fin y gustaba en cuanto se contaba con la textura necesaria en la emulsión, degustarla por vez primera untándola a una rueda de pan.
En la más arraigada costumbre, era consumido con pescados (en especial con pargo o cherna), con mariscos (langostas, camarones, etc.), con carnes a la brasa, verduras a la plancha o a la brasa, o papas asadas, fritas o hervidas.
En Cataluña y Valencia se hizo habitual tomarlo con algunos tipos de arroces o paellas, especialmente aquellos de base de pescado, como por ejemplo el arroz negro y el arroz a banda. Se usa también para acompañar pescados fritos en la costa del sol. Tal vez esta sea una de las principales herencias del arte culinario de aquella región llegada hasta esta parte del norte de la provincia de Camagüey con más marcado acento ibérico.
Normalmente aquí el alioli se come frío o a temperatura ambiente pero no es raro usarlo para cubrir alimentos que luego se doran al horno, aunque ya muy pocos moradores aciertan formar la emulsión como se consumía inicialmente sólo a base de aceite, ajos y sal, pues luego y con ayuda de la ¨ licuadora ¨ apareció una modalidad muy parecida a la ¨ mayonesa ¨ pero no mantenía el mismo sabor pues a esta se le añade huevos crudos.
Ahora, cuando recordamos el alioli, nos vienen a la mente aquellos descendientes de españoles que se asentaron aquí y difundieron el consumo de la emulsión, que pasó a formar parte importante de la lista de salsas con que se han acompañado a los alimentos, generalmente de origen marinero, en tanto lo invitamos a hacer un original ¨ alioli ¨, pero le alertamos: tenga sumo cuidado que puede cortarse.

¡TREMENDOS CANTARRANEROS!

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

¨ Cantarrana ¨ es uno de los más antiguos y pintorescos barrios de la ciudad, que surgido desde los momentos fundacionales de la villa, acumuló entre sus habitantes a muy significativos exponentes entre los que figuraban en la segunda mitad del siglo XX los muy conocidos ¨ Nicoliche ¨ y ¨ Manolito Jinoria¨: ¡tremendos cantarraneros !

¨ Nicoliche ¨, nombrado Ventura Ferrer Parrado, mencionaba su nombre y apellidos por doquier para después añadir ¨ y vivo frente a la Villa de Jabón Candado ¨ en clara alusión a su lugar de residencia. El, mestizo, se desempeñaba como limpiabotas en un local contiguo a el bar ¨ El Sol ¨ que se encontraba en la esquina de las calles ¨ Agramante ¨ y ¨ Calixto García ¨.

El ¨ personaje ¨ acostumbraba a culminar sus tardes de trabajo consumiendo aguardiente, por lo que cuando se trasladaba a la casa la mayoría de las veces lo hacía tambaleándose, al extremo, que en una ocasión, pasara por la funeraria en su tránsito al lugar del sueño y entró al mortuorio y dirigiéndose a la viuda del fallecido, ¨ repicó ¨ con todos sus dedos sobre el ataúd de madera exclamando ¨ pero no llore señora porque lleva buena madera ¨, lo que provocó la exaltación de los presentes.

Manuel Jinoria (Manolito) también vecino de aquel emporio, se desempeñaba arreglando aquellos muy arraigados y de grandes dimensiones radios de ¨ bombillos incandescentes ¨, entre los que sobresalían aquellos vetustos ¨ RCA ¨, pero ocurría que muchísimas veces se les acumulaban los equipos, pues también acostumbraba ¨ desde media mañana a tomarse sus tragos de ron para la circulación ¨

Manolito, por las tardes ya ¨ con tres tablones bajo el agua ¨, con el tambaleo por los tragos, acostumbraba a pasearse por las populosas calles ¨ Agramonte ¨ y ¨ Martí ¨ en las que se detenía en cada esquina para improvisar un discurso que versaba sobre disímiles temas: lo mismo abordaba la actualidad nacional que la extranjera o recomendaba una presunta postura.

Dicen los que les conocieron que ambos eran magníficas e inteligentes personas, que sólo el efecto del alcohol hacía cambiar de actitud. ¨ Nicoliche ¨ exhibía magníficos modales y esmerado respeto, mientras Manolito Jinoria desarrollaba las inventivas necesarias para hacer funcionar cuantos equipos de radio les llevaban los moradores para que él los arreglara.

Ahora, cuando los curiosos personajes ya no desandan las calles del viejo San Fernando de Nuevitas para acompañar a sus coterráneos en la cotidianeidad, los que ya van peinando canas conservan el recuerdo de Venturas Ferrer y Manuel Jinoria que han pasado a la posteridad como ¡tremendos cantarraneros !

¨ TIEMPOS DE ÁBACOS ¨

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Cuando hurgamos en la historia de la educación en Nuevitas, aparecen elementos importantes que denotan las características de la enseñanza en su devenir por el territorio. Así, conocemos de la existencia de prácticas, métodos y medios, empleados para llevar los conocimientos a los estudiantes: ese es el caso de los ¨ ábacos ¨.

Los ¨ muy populares y antiguos ábacos ¨ eran instrumentos que servían para efectuar manualmente cálculos aritméticos mediante marcadores deslizables.
De estos ejemplares, se conserva uno en el Museo Municipal muy singular que data del la primera mitas del pasado siglo XX y se distingue por el brillo de la madera con la que fue elaborado.

El ¨ ábaco ¨ surgió antes de nuestra era en el suroeste de Asia donde se utilizaba una primera forma de estos ¨ anotadores ¨ para realizar cálculos. En la primera mitad del siglo XVI los peruanos carecían de lenguaje escrito, pero utilizaban el ¨ ábaco ¨ para sus cálculos aritméticos, y llevaban un registro numérico de carácter administrativo con ayuda de unos collares anudados, parecidos a los ábacos, denominados quipus.

En la ciudad aun se conservan imágenes de estos interesantes aditamentos en los que predominan los colores primarios: azul, rojo y amarillo. En aquella enseñanza de la primera mitad del siglo XX, junto a los pupitres de paletas y los cuadernos de caligrafía, no podían faltar estos ocurrentes medios de enseñanza que permitían que los infantes realizaran ¨ sus primeras sumas ¨.

Existían en la villa , carpinteros que eran verdaderos artistas torneando trozos de madera preciosa, de cuyas manos brotaban elegantes ¨ trompos ¨, ¨ boleros ¨, ¨ yoyos ¨- graciosos juegos infantiles - y por supuesto las diminutas esferitas de madera que con un orificio en su centro eran colocadas en los ¨ ábacos ¨ que veían la luz en la ciudad.

Entonces en los llamados ¨Kidergarten ¨( palabra de origen alemán que significa escuela de párvulos ) es decir el pre-escolar que existían en la ciudad, ya se iniciaba la formación de habilidades aritméticas con sencillas sumas y sustracciones con muy sencillos ¨ ábacos ¨ en cuya elaboración no se disponían más de diez esferitas.

Ahora, en la era de la Internet y los ordenadores, cuando los estudiantes del terruño desde su primera experiencia educativa se familiarizan con los teclados y software, a los más longevos le viene a la memoria aquellos primeros ¨ ábacos ¨ que conoció la ciudad y que posibilitó a varias generaciones de lugareños introducirse en ¨ el mundo de los números y las cuentas ¨

CHINOS EN LA CIUDAD.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.
El arribo de los primeros chinos a la ciudad, data de fecha tan lejana como la segunda mitad del siglo XIX. Por aquí entraron los nativos de esa nación que posteriormente se incorporaron a las huestes del Ejército Libertador bajo el mando del Mayor General Ignacio Agramante, en tanto una parte de ellos decidió asentarse en la localidad y echar raíces junto a los lugareños.
En la ciudad, varias fueron las casonas en que se asentó la colonia china en la, siendo los barrios ¨ La Loma ¨ y ¨ Canta Rana ¨ en los que más se notó su presencia, de igual forma algunos decidieron establecerse en las afueras de la ciudad en una zona agrícola denominada ¨ El Corojal ¨ en la que crearon una productiva hortaliza que abastecía de vegetales a una buena parte de la población.
En la antigua calle ¨ Independencia ¨,en una casona de amplias ventanas con verjas e impresionante portón, una comunidad de estos asiáticos vivía en tanto fundaron una fonda que se destacó por lo módico de los precios de las cantinas que servían con el exquisito menú que seleccionaban para cada día. Cuentan que las más sabrosas tortillas con papa frita eran elaboradas por los que se empeñaban en hacer de sus productos un verdadero deleite.
En ¨ Canta Rana ¨, otra colonia china se estableció y fundó un ¨ tren de lavado ¨ muy conocido por la manera en que blanqueaban la ropa y la calidad del proceso de almidonado y planchado, pues utilizaban ¨ bora ¨ para lograr que los cuellos y puños de camisas quedaran duros y con brillo.
En 1925, mientras las fuerzas políticas del país se polarizaban, quedaron constituidas aquí la ¨ Asociación China ¨, ¨ El Casino Chino ¨ y ¨ El Partido Nacionalista Chino ¨, cuyo local se estableció en la calle ¨ Lugareño ¨, con el frente hacia la línea del ferrocarril que llega a la termina de Nuevitas.
Concurridas eran las veladas que se llevaban a cabo en ¨ El Casino Chino ¨, en el que junto a los platos típicos del país asiático se danzaba por aquellos asiáticos con la música tradicional del país en tanto se exhibían los más vistosos trajes típicos del ¨ Gigante Asiático ¨.
Hasta nuestros días llega la descendencia de aquellos primeros chinos que llegados a la ciudad, se sumaron al empeño productivo de los nativos, dando sobradas muestras de laboriosidad y perseverancia, hechos que los han ligado indisolublemente a la historia de la localidad.

DE LA PIRATERÍA A LA DOCTRINA MONROE.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.
El 27 de enero de 1823, la goleta ¨ Zaragozana ¨, llegó el puerto de Nuevitas procedente de La habana, portando como carga combustible y pasajeros. Se dice que por entonces andaba por la cayería norte Jean Lafite, más conocido como ¨ el pirata del golfo ¨, conocido por sus fechorías en esta área geográfica.

La Zaragozana estaba al mando del capitán don Cayetano Aragonés, acompañada de una numerosa tripulación que portaba tres cañones, fusilería y armas blancas, pero ocurrió que el 2 de febrero del propio año cayendo la tarde se sublevó la marinería y haciéndose de la nave, aprovecharon la oscuridad de la noche para invadir y saquear la goleta estadounidense nombrada ¨Lively¨ también surta en el puerto, en tanto La Zaragozana se hizo a la mar hacia la entraba de la bahía.

Al amanecer del día siguiente, alrededor de dos decenas de hombres armados, redujeron a la muy poca numerosa guardia del fuerte ¨ San Hilario ¨, ubicado en un pequeño promontorio en sitio estratégico a la entraba de la bahía.

La embarcación zarpó mar afuera, mientras el día 7, Juan de Lucio Villegas, por entonces alcalde de Nuevitas, le comunicó al teniente gobernador de Puerto Príncipe que hacía algún tiempo circulaban rumores de reuniones de piratas por el entorno citadino y que sus guardias estaban en los pesqueros, con la complicidad de criollos, españoles y extranjeros, los que contaban con la debida licencia para la pesca.

Los forajidos, las noches del 8 y 9 de febrero, penetraron a la bahía en botes y de un zarpazo se apoderaron de las goletas ¨Lively¨ y ¨ Lady Delight ¨, ambas estadounidenses, sin que se ofreciera resistencia por las fuerzas de ¨ San Hilario ¨, lo que les permitió salir de Nuevitas en horas de la madrugada sin grandes dificultades.

Juan de Lucio Villegas, ese propio día dio cuenta a Puerto Príncipe, que el fuerte ¨ San Hilario ¨ estaba prácticamente en manos de los piratas porque su guarnición se mantenía inerte ante los sonados atentados, lo que parecía que no existía allí la fuerza suficiente para impedirlos y quejoso refería que el destacamento de refuerzo llegado al lugar la víspera sólo contaba con siete hombres.

Era evidente que por entonces se acrecentaba la piratería, entre otras razones, por la poca efectividad de las huestes y autoridades coloniales, lo que condicionó una marcada fricción entre España y Estados Unidos y Gran Bretaña de otra parte, por lo que en una insólita práctica para proteger los buques mercantes de bandera norteamericana, el gobierno del país del norte instaló un escuadrón en las aguas cercanas a la isla, práctica con la cual llegó a Nuevitas una flotilla de buques de guerra estadounidenses en junio de 1823.

Se preparaba callada la Doctrina Monroe, declaración que recogería los principios de la política exterior de Estados Unidos con respecto a los derechos y actividades de las potencias europeas en el continente americano, expuesta por ese presidente en su comparecencia anual ante el Congreso de Estados Unidos el 2 de diciembre de 1823, y que llegó a ser la base de la política aplicada por el imperialismo a Latinoamérica ¿ América para los americanos o para los norteamericanos?

ARABISMOS EN EL DECIR DE LOS NUEVITEROS.

Por Lic. Ricardo ferrer Aluija.

La riqueza del léxico es un componente determinante que hay que tener muy presente en la elaboración de cualquier texto. En estos, la selección puede estar motivada por la expresividad, en la búsqueda de la esperada eficacia. Para ello es imprescindible fijar las características del vocabulario según su origen, procedencia, medio social, es decir, arcaísmos, cultismos, neologismos, anglicismos o arabismos, estos últimos, son muy utilizados en la ciudad al extremo de convertirse en indispensables en el decir de los lugareños.

Los arabismos son giros o vocablos propios de la lengua árabe que pueden ser empleados en otra lengua. Ese es el caso que nos ocupa, al intentar acercarnos a los vocablos árabes usados con frecuencia por los que vivimos en esta ciudad costera.

Entre las más usados se encuentran : ¨ aljibe ¨ especie de depósito subterráneo donde se recoge y conserva el agua llovediza; ¨ aduana ¨ que no es otra cosa que la oficina pública, establecida generalmente en las costas y fronteras, para registrar, en el tráfico internacional, los géneros y mercaderías que se importan o exportan, y cobrar los derechos que adeudan, baste recordar nuestra condición portuaria para saber cuan antaño es su uso.

¨ Arsenal ¨ es otro arabismo empleado aquí, al extremo de ponerle ese nombre a una tienda de víveres, palabra que simboliza un establecimiento militar o particular en que se construyen, reparan y conservan las embarcaciones, y se guardan los pertrechos y géneros necesarios para equiparlas. Por otra parte en numerosos documentos conservados en la ciudad fechados desde el siglo XVIII aparece el término ¨ arancel ¨ que es la tarifa oficial que determina los derechos que se han de pagar en varios ramos, como el de costas judiciales, aduanas, ferrocarriles, etc. Si se tiene en cuentas la importancia económica del terruño desde sus días fundacionales, se justifica sobradamente su uso.

La ¨ alcantarilla ¨ es otra designación árabe empleada aquí, ella se refiere al acueducto subterráneo, o sumidero, fabricado para recoger las aguas llovedizas o inmundas y darles paso, que en la trama citadina van a desembocar al mar sobre todo en el litoral de la antigua calle ¨ La Marina ¨, hoy ¨ José Martí ¨. Por otro lado entre nosotros se hace habitual pronunciar la palabra ¨ tarifa ¨ que es el precio unitario fijado por las autoridades para los servicios públicos realizados a su cargo.

Otros arabismos muy usados aquí son: ¨ almirante, tambor, alcalde, alguacil, almacén , quintal, albañil, acelga, tabique, alfombra, jarro, aldaba, alfiler, algarabía,, jazmín, mezquino…en fin otras muchas que evidencian que en esta ciudad ribereña muchísimos arabismos fueron recepcionados para perpetuarse en el patrimonio lingüístico de los nativos.

CHAPARRONES DE FIN DE AñO.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Cada vez que llega el fin de año, junto al necesario balance del período transcurrido, pasamos revista a las novedades que acompañan esta relevante etapa, mucho más cuando atrás ha quedado la huella que nos ha dejado en la localidad el paso de dos fuertes huracanes, entonces resultan recurrentes ¨ los chaparrones ¨.

Los chaparrones son lluvias recias y de corta duración, las que visitan esta parte norte de la provincia de Camagüey desde entrado noviembre y su presencia se hace sentir durante todo el mes de diciembre hasta entrado el primer mes del año.

Algunos de los más longevos lugareños, de ascendencia hispánica acostumbran a llamar estas ¨ pertinaces Lloviznas ¨ como ¨ cabañuelas ¨, en clara referencia a las lluvias ligeras que caen en los primeros meses del año y que aquí nos traen su frescura y humedad desde que el ¨ año viejo ¨ va llegando a su fin.

Para resguardarse de los inminentes ¨ chaparrones ¨, los nueviteros acostumbran a portar deportivas ¨ chubasqueras ¨ o elegantes ¨ suéter ¨ que le añaden cierto porte que hace que por esta fecha muestren una presencia más selecta.

Los muy populares ¨ chaparrones ¨ humedecen calles, parques y espacios públicos, y hacen que el cielo se opaque, cual anuncio de que nos visita el ¨ tropicalísimo invierno ¨ que más que frío nos trae la pertinaz agua que aunque no en fuertes torrentes, corre por las pendientes calles que distinguen las lomas de la ciudad.

Para esta etapa del año no son muy utilizados en la trama citadina los paraguas y sombrillas pues los fuertes vientos que nos visita cada fin de año y que provocan una mayor sensación de frío, por lo que se corre el riesgo de ser alados e incluso que se rompan los muy usados aditamentos.

Así, junto a la alegría especial que nos trae el advenimiento de un nuevos año, que coincide con el medio siglo de revolución en el poder, a las felicitaciones cursadas por los lugareños y al jolgorios que aparece en la ciudad, aparecen, como para sumarse a la festividad, los ahora familiares ¨ chaparrones ¨.