jueves, 4 de febrero de 2010

¡TREMENDOS CANTARRANEROS!

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

¨ Cantarrana ¨ es uno de los más antiguos y pintorescos barrios de la ciudad, que surgido desde los momentos fundacionales de la villa, acumuló entre sus habitantes a muy significativos exponentes entre los que figuraban en la segunda mitad del siglo XX los muy conocidos ¨ Nicoliche ¨ y ¨ Manolito Jinoria¨: ¡tremendos cantarraneros !

¨ Nicoliche ¨, nombrado Ventura Ferrer Parrado, mencionaba su nombre y apellidos por doquier para después añadir ¨ y vivo frente a la Villa de Jabón Candado ¨ en clara alusión a su lugar de residencia. El, mestizo, se desempeñaba como limpiabotas en un local contiguo a el bar ¨ El Sol ¨ que se encontraba en la esquina de las calles ¨ Agramante ¨ y ¨ Calixto García ¨.

El ¨ personaje ¨ acostumbraba a culminar sus tardes de trabajo consumiendo aguardiente, por lo que cuando se trasladaba a la casa la mayoría de las veces lo hacía tambaleándose, al extremo, que en una ocasión, pasara por la funeraria en su tránsito al lugar del sueño y entró al mortuorio y dirigiéndose a la viuda del fallecido, ¨ repicó ¨ con todos sus dedos sobre el ataúd de madera exclamando ¨ pero no llore señora porque lleva buena madera ¨, lo que provocó la exaltación de los presentes.

Manuel Jinoria (Manolito) también vecino de aquel emporio, se desempeñaba arreglando aquellos muy arraigados y de grandes dimensiones radios de ¨ bombillos incandescentes ¨, entre los que sobresalían aquellos vetustos ¨ RCA ¨, pero ocurría que muchísimas veces se les acumulaban los equipos, pues también acostumbraba ¨ desde media mañana a tomarse sus tragos de ron para la circulación ¨

Manolito, por las tardes ya ¨ con tres tablones bajo el agua ¨, con el tambaleo por los tragos, acostumbraba a pasearse por las populosas calles ¨ Agramonte ¨ y ¨ Martí ¨ en las que se detenía en cada esquina para improvisar un discurso que versaba sobre disímiles temas: lo mismo abordaba la actualidad nacional que la extranjera o recomendaba una presunta postura.

Dicen los que les conocieron que ambos eran magníficas e inteligentes personas, que sólo el efecto del alcohol hacía cambiar de actitud. ¨ Nicoliche ¨ exhibía magníficos modales y esmerado respeto, mientras Manolito Jinoria desarrollaba las inventivas necesarias para hacer funcionar cuantos equipos de radio les llevaban los moradores para que él los arreglara.

Ahora, cuando los curiosos personajes ya no desandan las calles del viejo San Fernando de Nuevitas para acompañar a sus coterráneos en la cotidianeidad, los que ya van peinando canas conservan el recuerdo de Venturas Ferrer y Manuel Jinoria que han pasado a la posteridad como ¡tremendos cantarraneros !

No hay comentarios:

Publicar un comentario

a