lunes, 18 de julio de 2011

LEYENDA DE LA CARAVELA DE LA PUNTA DEL GUINCHO.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

Desde tiempos remotos para los nueviteros la pequeña península de la ¨ Punta del Guincho ¨ y sus alrededores ha constituido todo un enigma. Ello se debe entre otras muchas razones, a que en el lugar existió presencia de aborígenes, de conquistadores españoles, además del asedio de corsarios y piratas que mantuvo en jaque a los pocos vecinos del sitio.

Por oralidad, los lugareños dan por hecho de que en un valle contigua a la ¨ Punta del Guincho ¨, conocido como ¨ El Chorrito ¨ debido a un ojo de agua que existía en el y del que se podía beber el fresco líquido, se fundó la villa de ¨ Santa María del Puerto del Príncipe ¨ entre 1514 y 1515, de ahí que no pocos se han empeñado en desentrañar parte de los misterios que la sedimentada tierra guarda entre sus entrañas.

Algunos han encontrado determinados restos de cerámica o conchas trabajadas en lo que viene a ser la evidencia de la existencia allí de culturas prehispánicas, pero también han aparecido evidencias de la etapa de la conquista y colonización cuyas certezas mayores lo constituyen dos grande cañones aparecidos en las primeras décadas del siglo XX cuando por el veril marino se realizaban movimientos de tierra para llevar la línea del ferrocarril hasta ¨ Pastelillo ¨, lugar de atraque de buque con mieles y combustible.

Aquella presencia foráneas siempre se vinculó a la opulencia de la potencia colonizadora y a algunas de sus más arraigadas prácticas de las cuales se habló mucho en la ciudad. Así en la primera mitad del siglo XX fueron cavadas por ¨ astutos ¨ las esquinas de los muros que aun existían del fuerte ¨ El Gobernador ¨, contiguo al ¨ Chorrito ¨ en interés de encontrar supuestas ¨ monedas de oro que los españoles acostumbraban a depositar en las esquinas de los cimientos de las construcciones para que trajeran buen augurio ¨.

Cuentan que a inicios de los años 50 del siglo XX, un nativo que se dedicaba al arreglo de relojes, obtuvo un ¨ detector de metales ¨, con el que se trasladó al ¨ Chorrito ¨ e inició la búsqueda para hacerse de los doblones que se conservaban bajo tierra desde épocas coloniales. En su empeño se hizo acompañar de un corpulento amigo que le ayudara con el pico a cavar la tierra para hacerse de la ¨ presunta fortuna ¨. Según cuentan, el hombre inició la excavación, pero cuando menos lo imaginó el astuto relojero, quedó totalmente inmóvil ¨ .

El hombre, conminó al avisado relojero a abandonar el lugar y después de dejar atrás la ¨ Punta del Guincho ¨, el de la idea de la excavación le preguntó al amigo qué había ocurrido que no lo siguió en su empeño. El individuo le contestó asustado: ¨ cuando miré para ti, detrás había una caravela ¨, lo que provocó tal pánico en aquel que desistió de por siempre tamaña idea.

La leyenda corrió como pólvora por la ciudad y si es cierto que no se ha podido encontrar un fundamento lógico a lo narrado, al menos sirvió para que supersticiosos e inseguros, desistieran de saquear el importante sitio arqueológico para que sirva de fuente importante de estudios por varias generaciones de investigadores. Gracias pues a la existencia de la leyenda.

lunes, 4 de julio de 2011

TRADICIÓN DE COSTURERAS EN NUEVITAS.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

La ciudad de Nuevitas ha conocido innumerables desempeños de sus habitantes, los que van desde la producción de bienes hasta la prestación de importantes servicios, pero entre los más tradicionales oficios que se conocen en la ciudad desde antaño se encuentra el de costurera.

Se tiene referencia de la existencia de costureras en la ciudad desde las primeras décadas del siglo XIX. Entonces múltiples labores se realizaban con aguja de coser a mano. Luego aparecería la máquina de coser que inicialmente era movida con la mano por una manivela, pues aquellas que llegaron inicialmente aquí, aun no contaban con pedal para operarla con los pies.
El año1940 fue significativo en el devenir de la localidad. Cierto esplendor parecía aflorar. Fue entonces aprobado por el Ayuntamiento de Nuevitas el Escudo Municipal, obra de José Salcedo Selín. Ello no impidió que en octubre de ese año se produjera la huelga de los obreros del carbón de Los Robles, Cayo Sabinal, los que abandonaron su trabajo por el mal estado de los víveres que les vendían a altos precios en tanto en diciembre Informaba la prensa que compañías norteamericanas trataban de apoderarse de las tierras de Cayo Romano alegando derecho de propiedad por la Empresa Central Cunagüa S.A..
En esta década, apareció el primer Colegio Municipal de Profesoras de Corte y Costura de Nuevitas, el que preparaba a las féminas que se inscribían en el para ejercer como formadoras de costureras. Su presidenta era Celina Caymares de Vázquez, la secretaria de finanzas Cándida Tray, en tanto fungía como profesora Ana Parry de Cabrero. Durante toda esa década graduó varias muchachas, logrando su mayor esplendor en la graduación de 1949 cuando cerca de 30 nueviteras lograron vencer su preparación.
En la década de los 50 del propio siglo XX, se creó la Academia de Corte y Costura del sistema Práctico Martha, nombre que se le adjudicó en honor a Martha Hernández Meneses, inventora del sistema y que contó con la patente No. 13966 de septiembre 7 de 1950. Su primer graduación no se hizo esperar y el 7 de octubre de 1951 egresaron del mismo las primeras calificadas en el complejo oficio.
Continuó la tradición y de las manos de las féminas salían las más curiosas prendas de vestir en las que vuelos y bordados conformaban una magnífica combinación que signaba el vestir nacional. Por entonces existían unos pocos sastres que como Joseito, un mulato que tenía su taller en la calle Agramante se mantuvo en activo hasta muy longevo cuando ni la vista ni la fuerza le acompañaron para continuar la tradicional faena.
Con el triunfo de la revolución y el surgimiento de la Federación de Mujeres Cubanas, se creó el Sistema Nacional de Corte y Costura ¨ Ana Betancourt ¨, por lo que se popularizó el oficio y aparecieron varias academias-talleres en loas que se formaron nuevas costureras que encontraron empleo en los aterieres que se comenzaron abrir desde entonces. Así el tradicional oficio de costurera se afianza como trabajo por cuenta propia cuando los cubanos nos empeñamos en actualizar el modelo económico socialista.