lunes, 4 de julio de 2011

TRADICIÓN DE COSTURERAS EN NUEVITAS.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

La ciudad de Nuevitas ha conocido innumerables desempeños de sus habitantes, los que van desde la producción de bienes hasta la prestación de importantes servicios, pero entre los más tradicionales oficios que se conocen en la ciudad desde antaño se encuentra el de costurera.

Se tiene referencia de la existencia de costureras en la ciudad desde las primeras décadas del siglo XIX. Entonces múltiples labores se realizaban con aguja de coser a mano. Luego aparecería la máquina de coser que inicialmente era movida con la mano por una manivela, pues aquellas que llegaron inicialmente aquí, aun no contaban con pedal para operarla con los pies.
El año1940 fue significativo en el devenir de la localidad. Cierto esplendor parecía aflorar. Fue entonces aprobado por el Ayuntamiento de Nuevitas el Escudo Municipal, obra de José Salcedo Selín. Ello no impidió que en octubre de ese año se produjera la huelga de los obreros del carbón de Los Robles, Cayo Sabinal, los que abandonaron su trabajo por el mal estado de los víveres que les vendían a altos precios en tanto en diciembre Informaba la prensa que compañías norteamericanas trataban de apoderarse de las tierras de Cayo Romano alegando derecho de propiedad por la Empresa Central Cunagüa S.A..
En esta década, apareció el primer Colegio Municipal de Profesoras de Corte y Costura de Nuevitas, el que preparaba a las féminas que se inscribían en el para ejercer como formadoras de costureras. Su presidenta era Celina Caymares de Vázquez, la secretaria de finanzas Cándida Tray, en tanto fungía como profesora Ana Parry de Cabrero. Durante toda esa década graduó varias muchachas, logrando su mayor esplendor en la graduación de 1949 cuando cerca de 30 nueviteras lograron vencer su preparación.
En la década de los 50 del propio siglo XX, se creó la Academia de Corte y Costura del sistema Práctico Martha, nombre que se le adjudicó en honor a Martha Hernández Meneses, inventora del sistema y que contó con la patente No. 13966 de septiembre 7 de 1950. Su primer graduación no se hizo esperar y el 7 de octubre de 1951 egresaron del mismo las primeras calificadas en el complejo oficio.
Continuó la tradición y de las manos de las féminas salían las más curiosas prendas de vestir en las que vuelos y bordados conformaban una magnífica combinación que signaba el vestir nacional. Por entonces existían unos pocos sastres que como Joseito, un mulato que tenía su taller en la calle Agramante se mantuvo en activo hasta muy longevo cuando ni la vista ni la fuerza le acompañaron para continuar la tradicional faena.
Con el triunfo de la revolución y el surgimiento de la Federación de Mujeres Cubanas, se creó el Sistema Nacional de Corte y Costura ¨ Ana Betancourt ¨, por lo que se popularizó el oficio y aparecieron varias academias-talleres en loas que se formaron nuevas costureras que encontraron empleo en los aterieres que se comenzaron abrir desde entonces. Así el tradicional oficio de costurera se afianza como trabajo por cuenta propia cuando los cubanos nos empeñamos en actualizar el modelo económico socialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

a