domingo, 19 de diciembre de 2010

EL NEGRITO DEL TEATRO ¨ CAMPOAMOR ¨ DE NUEVITAS.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

A Francisco Covarrubias (1755-1850) se le atribuye el nacimiento del teatro nacional, pues gracias a él comenzó a hablarse "en cubano" en los escenarios de la isla. El introdujo además el personaje del "negrito", que como el "chino" y el "gallego" sería muy significativo en el teatro vernáculo. Lo singular resulta que casi un siglo después, el teatro ¨ Campoamor ¨ de Nuevitas, contaba con un ¨ negrito¨ del terruño.

Arquímedes Pous (1891-1926) uno de los más grandes cubanos consagrado al teatro, fue el negrito por excelencia del teatro bufo criollo en su etapa de máximo esplendor, el primer cuarto del siglo XX, cuando la radio estaba por nacer y la televisión era prácticamente era impensable.

Enrique Arredondo, a los diecisiete años debutó en el teatro asumiendo el personaje del famoso Negrito de la tríada bufa cubana: el negrito, el gallego y la mulata, representándolo en el teatro ¨ Campoamor ¨ de la localidad. Hasta el año 1957 estuvo en las tablas el popular actor cubano, actuando en varias compañías; hasta llegar a ser empresario y director de nuevas agrupaciones para las que escribió una buena cantidad de sainetes y revistas. Fue esa la etapa en que apareció el ¨ negrito ¨ de Nuevitas.

Ángel Adalberto Lamela Maura, que había nacido el 11 de agosto de 1913 en esta ciudad de la costa norte de Camagüey, se desempeñó en diversos espectáculos presentados en el emblemático teatro al que acudía el público a apreciar dramas, comedias, zarzuelas y operetas que venían aquí a su paso por la comarca en giras por todo el país. Los lugareños tuvieron el privilegio de ver presentaciones del teatro bufo, con sus personajes, entre risas y música, que referían la frustración republicana, pero el ¨ negrito ¨ que representaba este nativo otorgaba un ambiente especialmente familiar en la relación que se establecía entre actor y público.

Memorable fue la actuación de Ángel Adalberto como ¨negrito¨ el lunes 7 de enero de 1957, cuando en la segunda parte del programa elaborado por el teatro ¨Campoamor¨ a partir de las ocho de la noche, se presentó el sainete ¨ El Solar Atómico ¨, un cómico de actualidad, original del también nuevitero Enrique Juan Casado, el que hizo poner de pie al auditorio en medio de los vítores y aplausos de los presentes.

Lamela Maura, fijó su residencia en La Habana en 1967, lugar donde falleció el 18 de febrero de 2002, pero con su arte, regó la cimiente de sucesivas generaciones de teatristas que continuarían la obra, enriqueciendo el legado escénico del más auténtico teatro local y cubano.

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