lunes, 28 de junio de 2010

NUEVITAS EN PRÓLOGO ESCRITO POR MARTÍ.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

Mientras José Martí se encontraba en el exilio en los avatares de la preparación del inminente reinicio de nuestras guerras de independencia, múltiples fueron las publicaciones que salieron de su pluma en las que reflejó el quehacer revolucionario, en una de ellas, dedicada a un acercamiento a los que compusieron y escribieron durante la contienda hizo referencia a nuevitas.

Era el año 1893 y transcurrían los días del “Apóstol” en Nueva York, y en el periódico “Patria” vio la luz el prólogo al libro “Poetas de la Guerra”, que salido de la singular escritura del maestro, recorría la composición literaria en los días de la guerra, en el se vio reflejada la presencia citadina.

En su prólogo escribió: “. 0 se está en familia, entre Barrancos y Guerras, contando cómo se vivía, en terror y orgullo, por los primeros años de la revolución, y pinta Benjamín Guerra, que ya a los doce años era caballero de la libertad en nuestros montes, el modo con que volvió al rancho libre el abuelo de la casa’ .-tenía el viejo a Nuevitas por cárcel, y para que le viese la humillación el pueblo entero, le hacían subir todos los días la loma del gobernador a la pobre barba blanca… “

A seguida apuntaba: “José de Armas fue, cuando la visita de arreglos, y dieron al abuelo permiso de volver a su familia: a caballo, loco, venía el niño a saber novedades, cuando divisó al anciano, torció jáquima y voló a decir al rancho la felicidad: de la puerta del rancho salía a poco la familia entera, con los hijos alrededor de la abuelita, y el sol sobre el grupo, y en las manos de la abuela la bandera cubana: el viejo, al verla, se quitó el sombrero, se mezo la barba blanca, y rompió en una décima, mala y sublime, que empezaba así:
Esa bandera adorada
que llena mi corazón
de placer, satisfacción,
al verla en tu mano amada. . .”

El escrito de José Martí pasó a la posteridad como una de sus más singulares obras literarias, en las que hace referencia a la ciudad de Nuevitas, como una importante plaza en la que la colonia española concentraba sus fuerzas para arremeter contra los que luchaban por la independencia de la patria.

En su prologo al libro al libro, el “Apóstol” narra lo que Benjamín Guerra le contó de Nuevitas y lo triste que le resultó ver al abuelo bajo el despiadado castigo de las autoridades españolas que se desempeñaban por entonces en la ciudad , en la que se luchó incansablemente en toda la contienda.

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