viernes, 24 de julio de 2009

HOMENAJE.

HOMENAJE.

Emilia, hija mía:
El llanto es el consuelo de los tristes
y es forzoso que corra su raudal
cuando ha roto sus diques entre el pecho
de amargura un violento manantial

Ay madre:
¡ Que dulce veneno llevo en las entrañas ¡
No es como un puñal….
Que el puñal se clava …
Y este se diluye en la carne sensitiva
y en la médula espiritual.

Oh hija del alma:
¡Ay! Yo he luchado con valor de atleta
por legarte un dichoso porvenir,
por darte educación y hacerte buena,
viendo en ti la existencia sonreír.

Pero mamá:
¡ Que dulce veneno este del querer
y del no poder!
Voluptuosidad
Que salva un abismo y es puente que llena
a la idealidad

Hija:
A ese mundo grandiosos me remonto
en olas de angustioso frenesí,
y en las manos de Dios coloco humilde
el porvenir que darte pretendí.

Madre mía:
¡ Ah si fuera siempre la imposibilidad!
¡Cómo nos iríamos, suave, suavemente…
por este
azul celeste
de la suavidad

Hijita:
Cuando la tumba mis despojos guarde,
resignada, mi bien, ora por mí
No llores por mi ausencia, ángel querido
Yo desde el cielo velaré por ti

Ahora ya las dos aguardan juntas
en el sitio de la inmortalidad
y saben que con letras ellas hicieron
de su existencia una gran divinidad.

( De los poemas ¨A MI HIJA¨ de Concepción Agüero y Agüero y NO ES UN PUÑAL¨ de Emilia Bernal Agüero)

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