miércoles, 20 de mayo de 2015

“NUEVITAS EN UN FILME QUE MARCÓ ÉPOCA”

Por Ricardo Ferrer Aluija. El desarrollo industrial llevado a cabo en Nuevitas en las primeras décadas de la revolución inspiró a dos importantes cineastas cubanos a concebir el guión de una película muy vista en su época y trascendido a nuestros días. En 1978 vio la luz el largometraje “Una mujer, un hombre y una ciudad”, que producido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica recreó durante noventa y nueve minutos la épica constructiva de aquellos años. El guión del filme fue de la autoría de Manuel Octavio Gómez y Antonio Benítez Rojo y contó con la dirección del propio Manuel Octavio. La producción general fue de Santiago Llapar, la dirección de fotografía de Pablo Martínez, el montaje y edición corrió a cargo de Nelson Rodríguez y el sonido de Raúl García. En la película los personajes de Marisa y Miguel tienen gran protagonismo, ella, una mujer realizada socialmente, pero con problemas familiares. El, quien ha logrado estabilidad personal, tiene que replantearse su vida pasada cuando debe regresar a Nuevitas, su ciudad natal. En los roles protagónicos se desempeñaron Idalia Anreus, Mario Balmaceda, Raúl Pomares, Omar Valdés, Alden Knight y Ramoncito Veloz. El filme fue un reflejo del dinamismo presente en la ciudad de aquellos años. Se proyectó la construcción por esa época de una segunda industria en Nuevitas, pues ya existía la fábrica de Alambres con Púas y Electrodos, esa fue la de Cemento, ubicada estratégicamente cerca del puerto, con capacidad de producción de 600MIL Toneladas Métricas anuales. De tecnología alemana, fue construida con la colaboración de la Fábrica de Cemento El Morro, de Santiago de Cuba y fuerzas de Nuevitas. En los primeros años tuvo falta de fuerza de trabajo y hubo que captar obreros de las provincias orientales, y de La Habana. Las contradicciones generadas por los nuevos ocupantes de la ciudad y las contradicciones que se hicieron sentir fueron reflejadas en la cinta. Aquellas grandes obras constructivas, determinaron el crecimiento poblacional en Nuevitas, creando una relación entre el desarrollo económico y el crecimiento poblacional. Esta realidad condicionó contradicciones entre los pobladores de la ciudad, temas que fueron recreados en aquella inolvidable película llamada “Una Mujer, un hombre, una ciudad” que tanto recordamos los nueviteros y que obtuvo premio en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. Checoslovaquia en 1978.

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