miércoles, 20 de mayo de 2015

LA CARTA DE MËXICO Y LA EXPEDICIÓN DE NUEVITAS.

Por Ricardo Ferrer Aluija. La Carta de México ha pasado a la historia como un singular documento que desde la estrategia revolucionaria aunó le esfuerzos que llevabas a cabo dos fuerzas interesadas en la revolución en Cuba: El “Movimiento 26 de julio “y la “Federación estudiantil Universitaria”. Sus máximos dirigentes: Fidel Castro Ruz y José Antonio Echevarría Bianchi se dirigieron al pueblo cubano, expresando dos hechos: su reconocida autoridad moral y la total incapacidad de la llamada clase política cubana, ante la compleja situación creada por el golpe de Estado de Batista y el total colapso del sistema, producto de la aventura golpista. La Declaración expresó, en coyuntura tan adversa, que lo mejor de la juventud cubana era capaz de unirse y garantizar lo indispensable en los momentos de lucha aguda y cruenta: "Unir sólidamente sus esfuerzos en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana". Además demostró la decisión revolucionaria de los dirigentes de ambas organizaciones, su confianza en el pueblo y en ellos mismos, es que en el momento en que se toman los acuerdos, ninguna de las partes contaba con el armamento y los medios necesarios para realizar la empresa que se proponían, Fidel aún no había adquirido el yate Granma que lo condujera a Cuba junto a sus intrépidos compañeros, y el Directorio Revolucionario contaba en Cuba en esos momentos con escaso armamento. La carta, fechada el 29 de agosto de 1956 refiere: ”La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, los dos núcleos que agrupan en sus filas la nueva generación y que se han ganado en el sacrificio y el combate las simpatías del pueblo cubano, acuerdan dirigir al país la siguiente declaración conjunta:” que en su apartado uno refrendó: “Que ambas organizaciones han decidido unir sólidamente su esfuerzo en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana.” Transcurrirían casi dos años, ya asesinado José Antonio, el “Directorio Revolucionario”, con la colaboración del “Movimiento 26 de Julio” en la ciudad protagonizarían lo que con posterioridad sería conocido como la “Expedición de Nuevitas”, que tocó tierra el 8 de febrero de 1958, demostrando que lo acordado en aquella carta no era letra muerta y conservaba su vigencia en interés de la causa revolucionaria del pueblo. La expedición de Nuevitas salió de Miami en el ¨Scapade ¨en la noche del 31 de enero de MIL958. Las armas las fueron llevando hasta el barco, y después se comenzaron a mover poco a poco a los expedicionarios. El Comandante Faure Chomón Mediavilla, jefe de la acción, fue el último en abordar la nave, dando la orden de partida. Intentaron llegar a ¨Raccon Cay¨, volviendo sobre la ruta navegada, ya que si quedaban sin combustible antes de llegar al mismo, podían obtenerlo con la ayuda de los pescadores de la zona y reconstruir el plan de esperar al ¨San Rafael¨ para desembarcar en Nuevitas. Llegaron y fondearon. Al anochecer del 8 de febrero de 1958 entraron por el canal que conduce a la Bahía de Nuevitas y se situaron anclados junto al cayo más grande de los tres llamados Ballenatos y allí esperaron la lancha ¨Yalovén¨ que debía ir a su encuentro para iniciar el desembarco. Esperaron como una hora. El Capitán propuso desembarcar en una playita que había en el Ballenato Grande y buscarlos al otro día por la noche, pues el atraque en que cabía el San Rafael estaba muy cerca de la Marina de Guerra. Faure le rechazó el ofrecimiento, diciéndole que podrían ser víctimas de lo casual y ser descubiertos y aniquilados, aunque iban a combatir hasta la última bala. Aquel gesto tan hermoso, por viril y solidario, efue una demostración del patriotismo revolucionario de los nueviteros y cubanos en general.

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