viernes, 4 de enero de 2013

DE CAMALOTE UN MÁRTIR CAMPESINO. Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija. Camalote, fértil tierra del municipio Nuevitas, ha sido cuna de múltiples personas que han entregado sus vidas a favor de la Revolución: Ese es el caso de José Cuesta Herrera Mártir de origen campesino y colaborador del Ejército Rebelde víctima de los crímenes de la tiranía de Fulgencio Batista. Había nacido el 23 de Marzo de 1931 en la finca La Margarita, en el propio Camalote, perteneciente al Término Municipal de Nuevitas. Sus padres fueron José y Argelia. Fue hermano de 7 hijos: 4 hembras y 3 varones. Su padre se dedicaba a labores agrícolas, lo que le sirvió para que se crearan en el valores laborales que forjarían su temperamento. José no pudo estudiar, pues en aquella zona no existían escuelas, en tanto su primer trabajo estuvo encaminado a ayudar al padre en el pequeño sitio que poseían. A los 16 años trabajó en la finca El Desengaño como peón de ganado, mientras en 1956 contrajo matrimonio con Coralina Díaz Núñez, con la cual tuvo tres hijos, dos hembras y un varón. Ella, en el ámbito matrimonial le enseño a leer y escribir. Su formación patriótica y revolucionaria se fue desarrollando a partir de 1940, cuando contaba solamente con 9 años de edad, al asistir con su padre a distintas reuniones de carácter político, influyendo en su carácter, para luchar contra las injusticias que a diario se cometían en el medio en que vivía. Se inició en las actividades revolucionarias en 1958, junto con Juan Pantoja y David Socarrás, llevando medicinas, mercancías, y mensajes a los rebeldes, pertenecientes a las tropas del capitán José Botello. Al producirse un encuentro entre las fuerzas rebeldes y el ejército del tirano Fulgencio, fue hecho prisionero junto a otros compañeros revolucionarios, los trasladaron al cuartel Alemán, en Santa Lucía, donde fueron torturados, de ahí los condujeron para la finca El Rubí, donde vivía el jefe de la policía de la zona. Allí prosiguieron las torturas y sin lograr las declaraciones que esperaban, él y sus compañeros fueron conducidos amarrados frente a la finca ¨ La Amelia ¨ donde cayeron ultimados a balazos el 22 de noviembre de 1958. José Cuesta Herrera abonó aquella zona rural con su sangre y la de sus compañeros, lo que ha servido a sucesivas generaciones de lugareños para beber se su savia en la cual se han inspirado para con nuevos bríos llevar adelante la obra de la Revolución

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