lunes, 11 de junio de 2012

NARRADORES ORALES DE LA CIUADAD.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija. En Nuevitas la narración oral es el resultado, por una parte, de la presencia de una cultura precolombina que no rebasó el neolítico y que apenas deja huellas orales, la presencia española después del descubrimiento, que tuvo su primicia el la fundación de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe en nuestras costas y por otro de la introducción de mano de obra esclava africana que aportó una rica variedad de ritos, mitos, costumbres, ceremonias y ceremoniales orales, que conforman la tradición espiritual de la localidad. Para analizar cabalmente las influencias que recibió nuestra cultura y por tanto la narración oral en esta ribera, es preciso tener en cuenta las oleadas de emigrantes chinos, árabes, judíos, europeos, estadounidenses y japoneses. Tradiciones e influencias de origen afro se relacionan con la tradición occidental judeocristiana y con las maneras de expresar esa espiritualidad en España, caracterizada la multiculturalidad, ya que aquí llegaron fundamentalmente canarios, andaluces, castellanos y gallegos y con ellos historias de muy diversa índole y contenido que dejaron su impronta en la narración local. En la ciudad entre los siglos XVI y XIX se sedimentaron distintas herencias culturales y apareció así lo criollo primero y después lo propiamente cubano con la marca singular de lo nuevitero. Por otra parte en el siglo XX y a partir de una experiencia estadounidense algunas personalidades promovieron experiencias de narración oral artística, ya no comunitario artístico, sino con fines pedagógicos y artísticos en diversas instituciones. Es preciso considerar que el relato y la posibilidad de escuchar, dialogar, reflexionar forman parte importante de la narración oral. Es algo aparentemente sencillo tan solo es contar algo de forma hablada, como las leyendas en los pequeños pueblos como Nuevitas que van de generación en generación, así pudiéramos considerarlo como la descripción hablada que hacemos de una historia Narrador empírico y reconocido en la ciudad ha sido durante décadas Gregorio Badía, más conocido con el apelativo de ¨ Gollito ¨, que quien con sus décimas dichas en momentos importantes de la ciudad ha logrado la empatía necesaria con los más diversos auditorios, dibujando con la palabra su ribereña ciudad. Otro ancestral narrador fue Manuel Maure Parry, quien además de escritor, detalló con elocuencia una rica y novelada historia de la villa en la que la realidad y la leyenda lograron el divertimento de su probado público. Justamente, la narración oral es contar algo de forma hablada y ello en Nuevitas se ha logrado desde antaño. Es el relato de algo a una persona en "vivo" ya sea dentro del ámbito personal o profesional, por lo que el destinatario de un narrador oral puede ser ,un espectador, un amigo, alumno, paciente en fin todos aquellos a los que llegue el texto narrado con el énfasis y colorido que le imprime quien lo narra. La desaparecida nuevitera Célida Gómez, hacía que los asistentes a la Casa de la Cultura de la ciudad se deleitaran con su decir. Muchas veces acompañada por el piano narraba cuentos infantiles o tejía las más complejas tramas de la vida citadina. Clara Carrión, insigne instructora de arte, parece con su índice poner fuerza al verbo que brota de su alma después de interpretar una de sus preferidas obras. Dos consagrados de la literatura cubana: Miguel Mejides y Enrique Cirules constituyen elocuentes exponentes de la narración local, en tanto nuevas generaciones de narradores entre los que figuran Lorenzo Martínez y Yaritza Rivero, van ganado adeptos entre nativos y foráneos Como acto de comunicación, donde el ser humano, al narrar a viva voz y con todo su cuerpo, con el público y no para el público, la narración oral inicia un proceso de interacción en el cual emite un mensaje y recibe respuesta, por lo que no sólo informa sino que comunica, pues influye y es influido de inmediato en el instante mismo de narrar, para que el cuento crezca con todos y de todos, entre todos. Para lograr una loable narración, es preciso considerar que ella es un acto de imaginación, que no refleja sino que recrea la realidad, y reconsiderándola asume el ayer, reafirma el hoy, y predice el mañana, para ser camino del tiempo, camino del futuro. La narración oral es un acto de sabiduría, que renueva el conocimiento milenario que vibra en cada cuento. La narración oral es un acto de deslumbramiento, que trasluce como el cristal desde la propia personalidad del narrador, la personalidad del cuento y de todos los personajes de cada cuento. Es en fin un acto de belleza, donde el ser humano, al narrar a viva voz y con todo su cuerpo, resulta capaz de divertir y enseñar, de emocionar y analizar, de cuestionar y de afirmar, de debatir y de comprometer. De ello pueden dar fe los lugareños y loa más destacados narradores nativos.

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