viernes, 27 de mayo de 2011

NOCHES CON ¨ COCUYOS ¨.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.

Mil momentos seculares han quedado apresados en la memoria de los infantes nueviteros. Algunos por estar vinculados a los juego o esparcimiento, signaron sobremanera las noches de los pequeños que veían proliferar en la ciudad a ese tipo de ¨ candilejas ¨ tras las cuales corrían para tratar de atraparlos y hacerlo brillar más de lo acostumbrado. Se trata de los curiosos ¨ cocuyos ¨.

Los ¨ cocuyos ¨ son insectos coleópteros de la América tropical, de unos tres centímetros de longitud, oblongo, pardo y con dos manchas amarillentas a los lados del tórax, por las cuales despide de noche una luz verdeazulosa bastante viva. Este insecto posee diversos nombres: saltaperico, cubano y otros que se les ha otorgado en diferentes regiones del país. Además se le dicen tucu-tucu, que en lengua quechua quiere decir "luminoso", pero copmo más se le conoce es por el nombre de cocuyo, que en esa lengua significa: estrella de la tarde.

Los ¨ cocuyos¨ pertenecen a la familia de los escarabajos que saltan en el aire. Habitan en los bosques tropicales. Los adultos se nutren de hojas y flores; las larvas, de raíces. Poseen detrás de la cabeza dos órganos redondos y amarillos denominados fotógenos. En ellos hay dos sustancias; la luciferina y la luciferasa, que al hacer contacto con el oxígeno, producen una lucecita verdfeazulosa que solamente emiten en la oscuridad.

Así, cuando los ´ cocuyos ´ vuelan, parecen pequeñísimas estrellas intermitentes. Durante las noches de veraniegas de Nuevitas es cuando más se les ve. Con las altas temperaturas se aparean, más tarde la hembra pone los huevos que también son luminiscentes. Algunas especies que no producen luz y se les llama cocuyos ciegos.

Los primitivos aborígenes de nuestra isla les decían cocuy o cucuy. Con ellos elaboraban ¨cocuyeras para alumbrarse por las noches. Los españoles también los usaron para iluminarse y sus mujeres adornaban con ellos el pelo y sus vestidos, en las noches de fiesta.

Los lugareños de menos edad, tratan de capturar algún ¨ cocuyo ¨ para colocarlos sobre el suelo con las patas hacia arriba, pues con un brusco e inesperado movimiento, los pequeños insectos saltan y caen de pie. Así al apretar suavemente su tórax la su luz se hace más intensa, lo que permite alumbrar pequeños espacios en la oscuridad.

Llegan los ¨ cocuyos ¨ a nuestros días en la memoria de los que peinan cana cuando recuerdan las noches estivales de vacaciones en tanto continúa la tradición de ofrecerle deferencia a tan curioso insecto capaz de dar luz en medio de la oscuridad de la noche.

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