domingo, 3 de octubre de 2010

ARCOS DE LA CIUDAD.

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

Los arcos en las construcciones son estructuras curvas que cubren el espacio entre dos puntos de apoyo y se usan en disímiles composiciones y estructuras, como en la arcada, formada por una serie de arcos; o como elemento de ayuda para la descarga de cubiertas, los que se exhiben con fuerte presencia en la ciudad.
Los arcos tradicionales constituidos de piedra o ladrillo están formados por bloques dispuestos uno contra otro y sujetos por una tensión lateral, que conforman una estructura constructiva que se utiliza para salvar una distancia mayor de lo que lo hace una sola pieza horizontal, o parte superior. Desde el siglo XIX los arcos se han fabricado también de una sola pieza, y desde entonces se reporta su presencia en Nuevitas
Los arcos citadinos están ubicados en diferentes lugares de las construcciones, siendo muy común su empleo en divisiones interiores como las que se yerguen entre salas y saletas o entre las cocinas y comedores, los que facilitan la circulación de los lugareños entre los mismos.
Sobresalientes son los arcos que sirven de fachada a importantes construcciones de la localidad, que le otorgan belleza sin par, en tanto otros se muestran altivos en muy conocidos patios interiores en los que se combinan armónicamente con la vegetación que prolifera en ellos.
La utilización de arcos en las construcciones de la ciudad se extendió hasta buena parte del siglo XX, en que como parte de la arquitectura de estilo ecléctico que predomina en la localidad, se suman al entorno como herencia arquitectónica que otorga distinción.
En Europa occidental, la arquitectura gótica de se caracteriza por el empleo del arco ojival, cuyos mínimos empujes laterales permitieron adelgazar y dar mayor altura a los muros, incluso sustituirlos por grandes ventanales. Apareció así el típico espacio ligero, luminoso y vertical de las más altas construcciones. En el siglo XX, los arcos parabólicos de hormigón armado se han utilizado en todo tipo de edificios públicos, es por ello que llegaron hasta la villa y echaron raíces en ella.
Aun se conservan en la ciudad hermosos arcos que muestran el esplendor de las construcciones de una época en la que llegaron a formar parte de la cotidianidad arquitectónica que combinaba las corrientes constructivas llegadas de la Península Ibérica y las condiciones tropicales del clima prevaleciente en la ciudad ribereña.

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