jueves, 18 de septiembre de 2014

TONADAS EN LA RIVERA.

Por Ricardo H. Ferrer Aluija. En las Islas Canarias proliferan las tonadas cuyo origen se pierde en el tiempo. Los ranchos de ánimas son tonadas lamentosas que se cantan sólo entre noviembre-diciembre y el primer domingo del febrero siguiente. Durante esa época invernal se constituyen en las zonas rurales de nuestras islas orientales unas cofradías (el «rancho») que, al caer de la tarde, van de puerta en puerta interpretando sus largas coplas y desechas con el objeto de recopilar fondos para dedicar misas de redención a las ánimas del Purgatorio y otros fines. La música campesina cubana se estructuró entonces con la combinación de unas estrofas cantadas “el llanto”. El canto se describe por viajeros y cronistas como un canto agudo y lánguido, cantado con décimas. Son estas características, línea de canto o tonada, instrumento de cuerda pulsada y texto en estrofa de diez versos, los elementos de estilo que llegaron con los colonizadores españoles – entre ellos canarios - en distintos momentos y por diferentes vías, hasta consolidarse. Los elementos de estilo que trajeron los pobladores canarios a la Isla tuvieron un asentamiento primero en las poblaciones, centros urbanos, cerca de las costas, que estaban rodeados de tierras fértiles en los que se desarrolló una agricultura de subsistencia. Así ocurrió en Nuevitas, ciudad ribereña del nordeste de Camagüey. Nuestra tonada campesina, según la musicóloga Mará Teresa Linares, posee un cierre cadencial coincidente con el de la décima escrita, que conduce a la continuidad cíclica, por lo que los campesinos emplean la décima suelta y también en forma continuada para narrar largas historias. Existe una relación muy estrecha entre el texto dicho y el texto musical al cantarse melodías. El acompañamiento instrumental está sometido a la libertad con que se expresa el canto, siguiendo la línea melódica con el punteado de algún instrumento de cuerda. Dentro de este estilo encontramos tonadas mayores y menores, con y sin estribillo. Entre los principales cultores de la tonada en Nuevitas en el siglo XX figuró Gregorio (Goyito) Badía. De el un fragmento de tonada popularizado en la ciudad en el que se refleja el entorno marinero parecido a los cantos canarios: “Nuevitas puerto de mar Tiene una hermosa bahía Donde se ve noche y día A las gaviotas volar “

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