jueves, 18 de septiembre de 2014

LIMPIEZA DE ALJIBES: UN HECHO DE NOTORIEDAD EN NUEVITAS.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija. La ubicación geográfica de Nuevitas la ha condicionado históricamente a presentar dificultades en su abastecimiento de agua potable. Su cercanía al mar hizo que los pozos o cacimbas siempre se hicieran de agua salobre no apta para el degustar de los lugareños. Fue de esta manera que desde tiempos ancestrales apareció en nuestra trama urbana el aljibe. En nuestros días para revestir las paredes de un aljibe se usan ladrillos o porciones de estos para facilitar la forma redonda si no resulta conveniente construirlos cuadrados, unidos con concreto, o sea una parte de cemento, arena y cal. En el pasado, aquí, eran construidos de piedra y cal de cobos como adherente. Las medidas de su anchura y profundidad condicionan que se utilicen ladrillos adecuados para soportar la gran presión que reciben sus paredes, es como una piscina para nadar por lo que hay que construirlos lo más resistente a tales medidas. Es el hormigón armado, con vigas y columnas cruzadas y armadas con hierro la práctica más usual, pero no siempre esta fue la pericia más utilizada, pues se emplearon los materiales y procedimientos que se dieron en cada época. Los aljibes se nutren de las canales metálicas que bordean los inclinados techos de las viviendas y permiten recoger toda el agua de la lluvia que corre por los mismos hasta hacerla llegar por un tubo o tragante al interior del aljibe convertido en parte importante de la mayoría de las construcciones de la zona antigua de la ciudad. Cada año, antes del período de lluvias que aparece a finales del mes de abril e inicios de mayo, se limpian los aljibes para retirar de ellos la basura arrastrada desde los techos y el polvo que se va sedimentado en su fondo, lo que se convierte en gran acontecimiento para toda la familia. La limpieza de los aljibes en la localidad se realiza desde antaño, preferiblemente un fin de semana, de modo que se disponga del tiempo y la fuerza de trabajo familiar necesarios para el empeño. Inicial mente se les extrae el agua que aun queda acumulada en ellos, tarea que antiguamente se acometía cubo a cubo pero ahora en la mayoría de las viviendas lo realizan con motobombas. Luego los más avezados bajan hasta su fondo por una escalera y recogen todos los deshechos sólidos que puedan estar en el, hasta recoger con bayetas los últimos residuos logrando dejarlos totalmente limpios. La práctica, de la que se tiene conocimiento hace más de un siglo, sigue constituyendo una jornada especial para las familias y vecinos que por estos días limpian sus aljibes en espera de las lluvias venideras, mientras de estas jornadas devenidas festivas, hacen de la limpieza de los aljibes un verdadero hecho de notoriedad.

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