miércoles, 16 de abril de 2014

LA RIGUROSA CAMPANA DEL TEATRO ¨ CAMPOAMOR ¨.

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija. El Teatro ¨ Campoamor ¨ resultó centro importante de la cultura nuevitera en la primera mitad del siglo XX. En el se exhibieron importantes manifestaciones de las artes escénicas: la lírica, la sátira, el teatro y la danza encontraron en el refugio seguro para ser apreciados. El singular teatro vio en la década de los cuarenta del pasado siglo un muy gustado concurso de interpretación que buscaba entre lugareños y lugareñas a los que más talento vocal mostrara con vista a seleccionarlos para que se iniciaran en los quehaceres del canto. Las noches del ¨ Campoamor ¨ para elegir a los participantes, hacían que familiares y amigos se congregaran en su lunetario, entonces colmado por los que asistían para brindar apoyo a los concursantes. Temido entonces era la campana del teatro, que por entonces era sonada tres veces antes de iniciar las funciones, pero en ocasión del certamen era sonada para impedir que continuaran los que no reunían las cualidades vocales necesarias. Entre las concursantes por entonces, figuraron Elvia y La China Roig, Zenaida Montenegro y otras que lograron los aplausos de los asistentes que las conminaron a repetir sus memorables interpretaciones de piezas antológicas del cancionero cubano. Muchas de las seleccionadas lograron convertirse en verdaderas estrellas del teatro ¨ Campoamor ¨, participando en distintos espectáculos que se presentaban en sus tablas. Los programas de la época que anunciaban las funciones conservan los nombres de ilustres nueviteras y nueviteros que resultaron triunfadores. La taquilla del teatro se abarrotaba del público que se empeñaba en ocupar las lunetas privilegiadas para presenciar aquellas eliminaciones de los que se proponían medir la calidad de su tesitura vocal. Luego llegaría la ¨ Corte Suprema del Arte ¨ que se convirtió en prolongación de aquellos primeros certámenes, oportunidad en que los comerciantes locales premiaban a las elegidas con algunos de sus productos. Han transcurrido varias décadas desde que el ¨ Campoamor ¨ de Nuevitas vistiera sus mejores galas para mostrar lo nuevos talentos que elevarían el canto local en expresión genuina de la cultura citadina. Tal parece que resuena la rigurosa campana anunciando a los concursantes eliminados o los prolongados aplausos que propinaban los participantes a los triunfadores, en tanto la ciudad vibraba para vitorearlos.

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