viernes, 14 de agosto de 2009

¨ SINGULARES DIADEMAS ¨

Por Lic. Ricardo Ferrer Aluija.

En la ciudad, el período estival, históricamente se ha caracterizado por el colorido y las sonoridades de una etapa del año en la que el agobiante calor empuja a nativos y foráneos a tomar inolvidables baños de mar, lo recurrente es que ¨ singulares diademas ¨ se han usado en múltiples veranos.

Las diademas son joyas femeninas, en forma de media corona abierta por detrás, que se coloca en la cabeza, entendidas también como adorno o aderezo mujeril en forma de aro abierto, que sujeta el pelo hacia atrás. También son fajas o cintas que se ciñen a la cabeza de los reyes como insignia de su dignidad y rematadas por detrás en un nudo del cual pendían los cabos por encima de los hombros. Lo significativo es que aquí para esta etapa estas eran decoradas con elementos marinos.

Hermosas diademas coronaron a las ¨ sirenas ¨ que seleccionadas entre las más virtuosas muchachas eran paseadas por la bahía en los muy arraigados carnavales acuáticos que se desarrollaban con frecuencia durante algunos días del verano.

La iniciativa local, hacía de estos atributos algo realmente especial, pues además, de los mismos elementos del entorno marino con que se elaboraban las diademas, se confeccionaban aretes colgantes y elegantes collares para completar el atuendo de las mozas que orgullosas lo ostentaban.

Alguien a quien le gustaba en el verano nuevitero de sus años jóvenes portar adornos en su cabello y elegantes collares salidos de la imaginación de los lugareños y teniendo como principales elementos pequeñas caracolas y conchas merinas era María de los Ángeles Santana, devenida en popularísima vedette , que residió aquí varios años de su vida.

Otros elementos se han sumado al empeño de adornar los cabellos de las muchachas, tales como fragmentos de pequeñas siguas que otorgan un tono de sobriedad y distinción a los detalles elaborados con su concha. De estas también se han elaborado colgantes y hasta muy originales prendedores.

Diademas especiales se ponen aun las muchachas, cuando recogen las más bellas algas y se la colocan unas a otras en sus cabellos, cual juego de reinas coronadas en medio de la playa que unas veces brindan una imagen elegante y otras satíricas, pero al fin ¨ diademas de ocasión ¨.

Así llegan estas ¨ singulares diademas ¨ a nuestros días sin acumular el valor de joyas preciosas, pero han dejado apresadas para la posteridad inolvidables jornadas a la orilla del mar que acaricia las costas de esta ciudad de la costa norte del Camagüey.

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