lunes, 20 de agosto de 2012

NUEVITAS DURANTE LA CRISIS DE OCTUBRE

Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija. Corría el año 1962 cuando la Junta Central de Planificación designó al ingeniero civil Álvaro Hernández Sosa para dirigir el Centro de Coordinación para el Desarrollo del Norte de Oriente y Nuevitas. Se iniciaba el proceso de desarrollo industrial de la ciudad con la construcción del Astillero Emiliano Sedeño Mayedo, en tanto entraba en etapa de prueba y puesta en funcionamiento las Fábricas de Alambre con Púas y Electrodos. El mes de octubre de ese año y en medio de la Guerra Fría se produjo la más peligrosa confrontación en las deterioradas relaciones entre Cuba y Estados Unidos: La Crisis de Octubre que ahora cumple medio siglo y vinculó a Nuevitas en el despliegue y emplazamiento del armamento. La Crisis de Octubre —llamada por los norteamericanos Crisis de los Mísiles— tuvo un dramático significado en la historia de agresiones de Estados Unidos a la mayor de Las Antillas y fue el incidente más difícil para el orbe en esa etapa y aunque no se produjo un enfrentamiento bélico, ni con armas convencionales ni nucleares, fue muy grave el conflicto en el cual los agresores, al no resignarse con el fracaso de Girón, acusaron a Cuba de poner al mundo al borde del holocausto nuclear, cuando esa responsabilidad realmente era de las administraciones estadounidenses que estaban ayer como hoy obsesionadas por destruir el ejemplo que constituía la Revolución Cubana. La propagación de noticias tergiversadas, cuando los servicios de Inteligencia de Estados Unidos confirmaron la presencia de misiles soviéticos en la Isla caribeña, llevaron a la humanidad al desafío nuclear. Por entonces, Estados Unidos, la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Cuba mantenían constantes reuniones, intercambiaban comunicados, advertencias y se producían enfrentamientos en los foros diplomáticos, lo que condicionó que el mundo fuera testigo de las más diversas tensiones durante dos semanas. El 14 de octubre de 1962, el Comando Estratégico Aéreo de Estados Unidos, autorizado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), envió un avión espía tipo U-2 de la Fuerza Aérea a sobrevolar el Occidente cubano, corroborando la presencia de misiles nucleares soviéticos en un campo del municipio pinareño de San Cristóbal, lo que había resultado imprescindible ante una inminente agresión militar directa de Estados Unidos a la isla. Por aquellos días Nuevitas había sido testigo de un movimiento inusual que su pueblo supo guardar con la mayor discreción. Por el Puerto de Tarafa desembarcó toda la técnica y personal soviético internacionalista vinculado a la complicada operación. Los lugareños se asomaban a las ventanas cuando en horas de la noche y en medio de un intencionado apagón, se trasladaba toda la técnica hasta los lugares en que debía ser emplazada. En la zona conocida como Alturas de San Agustín durante la Crisis de Octubre se ubicó la radio localización soviética en tanto Loma de la Candela o Doña Lola, en el lugar conocido como La Batalla, se ubicó un emplazamiento coheteril antiaéreo soviético. Como parte del enmascaramiento y para el mantenimiento y limpieza de esas piezas la población fue convocada para aportar recortes de tela en desuso, empeño en el cual se movilizaron los nativos y lograron aportar considerables volúmenes de tejido. En los siguientes días el gobierno de Estados Unidos ordenó al llamado Grupo Especial Aumentado que era unidad encargada de operativos para derrocar a Fidel, aumentar las actividades encubiertas contra Cuba, mientras el presidente John F. Kennedy convocó al Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad, que debía debatir las opciones de un ataque aéreo único, a varias instalaciones, además de ataques apoyando una invasión, o un bloqueo naval a la isla. El Primer Ministro soviético Nikita Khrushchov reiteró en aquellas jornadas que la actividad de la URSS en la Isla era solamente defensiva y criticó las bases estadounidenses en Turquía e Italia, mientras el embajador de Estados Unidos. ante la ONU propuso negociaciones con Fidel y Khrushchov. De esta manera el 18 de octubre, y sin la presencia de Cuba, el canciller soviético y el mandatario estadounidense discutieron la asistencia del país europeo a la pequeña nación que era asediada por Washington. Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, conocedor del actuar del enemigo, y haciendo uso de su previsión del futuro, ordenó a las antiaéreas disparar contra cualquier avión yanqui que sobrevolara la Isla, por lo que el día 27 se discutió la negociación del intercambio de misiles turcos por cubanos. Cuba derribó un avión U-2, pero Kennedy ordenó no tomar represalias y garantizó oficialmente a la URSS no invadir a Cuba si desmantelaba inmediatamente las instalaciones, sin considerar los misiles de Turquía, que serían valorados después. En espera de la respuesta soviética, el gobierno norteamericano no abandonó la opción de atacar. El 28 de octubre, el premier soviético utilizó la radio para anunciar el desmantelamiento de las instalaciones de misiles en Cuba, mientras Kennedy interrumpió los vuelos de reconocimiento sobre la Isla y permitió la circulación de los buques soviéticos. Ante el hecho Fidel mostró su inconformidad, declarando insuficientes las garantías de no agresión y pidió, entre otras acciones justas y de dignidad, el levantamiento del bloqueo económico a Cuba. La historia y la actitud de Estados Unidos se han encargado de darle la razón a Fidel; en tanto el imperialismo comprendió en aquellos días que nuestro pueblo estaba decidido a no defender sus conquistas al precio que sea necesario

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