Por MSc.Ricardo Ferrer Aluija.
Singular revoloteo de ¨ gorriones ¨ se produce cada mañana en la ciudad, cuando las pequeñas avecillas se empeñan en buscar los necesarios alimentos para su subsistencia y la de la cría. Así, entre el gracioso silbar y la ¨ ritualidad ¨ del movimiento casi desordenado de estos curiosos animales transcurre el alba que anuncia la próxima llegada del astro rey.
El gorrión común, conocido científicamente como (Passer domesticus) es una especie de ave paseriforme. El animal es pequeño, está adaptado al hábitat urbano y acostumbrado a vivir cerca de los seres humanos, hasta el punto de ser el pájaro más frecuente y conocido entre los que residen en la ciudad. Se dice que es originario de Eurasia y el Norte de África y fue introducido posteriormente en varios continentes entre ellos el americano.
Los gorriones, que aquí suelen ¨ armar sus nidos ¨ en los aleros de los portales, buscan cobija tanto debajo de las acanaladas tejas criollas que cubren los añejos y rojizos techos de la villa como el las cubiertas monolíticas de los edificios multifamiliares que proliferan en esta ciudad del nordeste de Camagüey. En ambientes urbanos, como el nuestro, muestran mayor confianza hacia el hombre que en ambientes rurales. Siempre se encuentran cerca de lugares habitados, ya sean calles, parques o jardines
Los gorriones pueden llegar a vivir 13 años en cautiverio, aunque normalmente pocos llegan a los 7 años en libertad. Pesa alrededor de 30 gramos y mide de 14 a 16 cm de longitud total, siendo los machos normalmente algo más grandes que las hembras. El gorrión común que prolifera en Nuevitas es de conformación robusta y tiene las patas cortas. Su pico es grueso, fuerte y cónico.
El plumaje de la espalda de estas aves es pardo, con manchas negras y rojizas. Los machos poseen una mancha negra en forma de babero que cubre parte del pecho y la garganta; la frente, coronilla y nuca son grises. Las hembras poseen colores más apagados que los machos; su cabeza es parda y las cejas son claras. Además, no poseen negro en la garganta, característica común de los machos. La cría, es similar en su plumaje a la hembra.
Suelen bajar al suelo en busca de comida caminando a saltos. Se alimentan de insectos y semillas, aunque también gustan de alimentarse de desperdicios producidos por el hombre, dada la cercanía con él, por lo que muchos lugareños acostumbran a echarles pequeñas semillas y migajas de pan, las que cargan hasta los aleros.
De esta manera llegan hasta nuestros días los gorriones, formando parte de la cotidianeidad del entorno citadino, para dar fe de las curiosidades de la madre natura y del empeño de los nativos en cuidarla como parte importante del ambiente que nos rodea y que han hecho que ellos se vean reflejados tanto en las artes visuales como en la creación literaria surgida de las manos de los nueviteros.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
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