miércoles, 20 de mayo de 2015
TEMPRANA ACTIVIDAD PORTUARIA EN NUEVITAS.
Por Ricardo Ferrer Aluija.
El hecho de contar Nuevitas con uno de la más amplia, protegida e importante bahía de Cuba, signó su devenir. En la riberas de la localidad se asentaron comunidades aborígenes y por aquí también llegó la colonización española a la comarca, marcando para siempre el destino marinero de esta ciudad del nordeste de Camagüey.
En 1779 cuando el monarca borbón Carlos III, por Real Cédula dispuso se habilitara en Puerto Príncipe un puerto ventajoso para el comercio con la península, la bahía fue escogida para tales propósitos. La ensenada, llamada del Guincho o el Corojal, donde finalmente se levantó, con un trazado a manera de tablero de juego de damas, San Fernando de Nuevitas, para finales de la segunda década del siglo XIX.
El 1 de junio de 1780, el puerto fue habilitado para el comercio de cabotaje y en 1783 por Real Orden se le concedió la Aduana a fin de controlar el comercio. Hacia 1799 el comercio se concentró en los embarcaderos de la costa norte por los daños sufridos por los del sur por los pasos de los ciclones.
El comercio de cabotaje se realizó con los de Vuelta Arriba, existiendo dos líneas de vapores, una hasta Santiago de Cuba. El comercio exterior se desarrolló con los puertos de Barcelona, Málaga y Santander se les envió azúcar, madera y cera a cambio de harina, caldos y víveres y un comercio poco activo con New York que consistía en mieles, madera y tintes a cambio de harina, tablazón, muebles y maquinarias.
Para los efectos marinos, el 31 de diciembre de 1828 se dividió la Isla en cinco provincias marítimas, una de ellas, Nuevitas que se dividió en tres distritos; Nuevitas, La Guanaja y Gibara y estas en alcaldía de mar. Y se construyó en 1831 el torreón del Fuerte Artillado de San Hilario, con batería y guarnición, se convirtió en la única obra de defensa costera.
Las ciudades costeras como Nuevitas por su carácter cosmopolita y su intensa actividad portuaria generadora de un amplio tráfico mercantil y humano, se quedan por siempre signadas con un sello singular. Nuevitas desde muy temprano se convirtió en lugar de entrada y luego salida de grupos humanos y recursos tecnológicos que hicieron posible que en el tiempo se convirtiera en importante centro económico de Cuba.
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