jueves, 18 de septiembre de 2014
ANTIQUÍSIMA FIESTA PATRONAL DE SAN MIGUEL.
Por MSc. Ricardo Ferrer Aluija.
Entre las llamadas Fiestas Patronales más antiguas de la zona se encuentra la de San Miguel, que se celebraba cada 29 de septiembre en el poblado campesino del mismo nombre y se convertía en jolgorio popular al cual asistían nativos y foráneos.
Cuentan que desde meses antes de la celebración los vecinos se preparaban para ella, para la cual las mujeres elaboraban bellas flores artificiales en tanto los hombres alistaban todo cuanto tenía que ver con la preparación de las enramadas que eran conformadas en el camino central del poblado.
La celebración comenzaba la víspera del día de San Miguel y se extendía por varios días, en los que se llevaban a cabo ferias, romerías y verbenas, además del esperado guateque campesino. Además se producían juegos de dados y peleas de gallos con gran arraigo en los diferentes estamentos sociales presentes en el poblado desde inicios del siglo XIX.
Para entonces existía la cofradía de negros libres junto a mulatos que se preparaban para el convite, en ellas, herreros, plateros, carpinteros, sastres, reposteros y otros se preparaban para la significativa celebración.
No debemos perder de vista que en el siglo XIX temprano no todas las fiestas patronales tenían el mismo arraigo popular ni se caracterizaban por la misma complejidad en la organización de las festividades. En San Miguel, se celebraba esa fiesta patronal, aunque otras también movían la motivación de los nativos, pues dentro del perímetro de aquel poblado se efectuaban otras celebraciones con arraigo entre los moradores.
Aún se conserva entre los más longevos la descripción de la fiesta patronal de San Miguel, la cual formaba parte de este tipo de celebraciones que se llevaban a cabo en la isla, en la que el poblado amanecía adornado con pencas de coco, bambú, frutas de estación, y banderas en los portales de las pequeñas casa de guano de la gente más pobre del lugar. Así mismo al caer la noche eran encendidas grandes cuabas en el principal camino de manera que quedara iluminado para la fiesta.
En aquellas fiestas se ingería bebidas alcohólicas aunque muchos preferían el jugo de frutas naturales. Han pasado casi dos siglos de que se iniciara aquella práctica, pero aún en la memoria histórica queda la impronta de aquellas arraigadas fiestas de San Miguel.
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